En diciembre de 2019, el sistema de pensiones mexicano, que representa alrededor de MXN 4.5 billones, o alrededor del 19% del producto interno bruto del país, cambió a fondos generacionales. Los trabajadores mexicanos ahora tienen acceso a carteras más granulares y adaptadas a su edad, ya que cada Afore administra 10 fondos generacionales o de fecha objetivo, uno por cada rango de cinco años desde una edad menor a 25 años a 65 años. Los trabajadores invertirán sus recursos en la Siefore con fecha objetivo de acuerdo a su año de nacimiento y la Siefore reducirá su perfil de riesgo a medida que envejezcan. Esta es una mejora de la estructura anterior de cinco fondos multi-activos estáticos donde los trabajadores tenían que cambiar de una Siefore a otra.
El nuevo enfoque significa que cada fondo para el retiro seguirá ahora una trayectoria de inversión que reduce gradualmente el riesgo a medida que los trabajadores se acercan a su fecha de jubilación objetivo. Por lo general, esto significa que las personas más jóvenes, que tienen horizontes de mayor plazo, poseerán activos más riesgosos y con mayor potencial de rendimiento, como acciones, y aquellos que estén más cerca de la jubilación poseerán instrumentos más conservadores, como deuda gubernamental a corto plazo. Es fundamental evaluar las características de la trayectoria de inversión, como su forma y nivel de diversificación, ya que influirán profundamente en la tasa de reemplazo salarial de los trabajadores al jubilarse.
Para ayudar a los inversionistas a comprender mejor los efectos a largo plazo de la trayectoria de inversión en sus pensiones, publicamos una nueva gráfica en la primera página de los informes que compara la trayectoria de una Siefore con el promedio, el mínimo y máximo de exposición a renta variable del sistema para cada rango de edad. Por ejemplo, una trayectoria de inversión demasiado conservadora corre el riesgo de generar pensiones más bajas a largo plazo. Por otro lado, es probable que una trayectoria de inversión con mucha renta variable produzca retornos más volátiles, pero debería resultar en pensiones más altas si la estrategia se ejecuta de manera adecuada. Las Afores tienen hasta dos años para hacer una transición completa hacia las trayectorias de inversión y pueden revisarlas una vez al año, por lo que será fundamental estar atentos a cualquier cambio significativo, a medida que las Afores actualicen sus prospectos y trayectorias de inversión hacia el final del año.