La retórica proteccionista de Trump y la incertidumbre política han pesado en un primer momento sobre el dólar, lo que, con los debates sobre un programa de inversión en infraestructuras y los recortes de impuestos, podría impulsar una recuperación más rápida de la inflación.
El balance para los fabricantes de productos industriales basados en los Estados Unidos es desigual: por un lado, la caída del dólar es una fuente de ventaja competitiva. Sin embargo, la creciente inflación, el coste de la deuda y la erección de barreras comerciales en última instancia podrían penalizar la competitividad de la economía de Estados Unidos.
En cuanto a sectores de actividad, los actores europeos y estadounidenses de defensa parecen ser los principales beneficiarios de la victoria de Trump. Estamos más dubitativos respecto al impacto en otros sectores como el transporte, líneas aéreas y constructores aeronáuticos.